Eso de estar con la gente me pone nerviosa. Estar junto a ella... Yo solo puedo estar con gente la cual me comprenda... Siempre se han reído de mi, por cada cosa que hago. Siempre, la gente, se ha creído más que yo, aún sin serlo, haciéndome insignificantemente insignificante. Estoy hasta el verdadero coño de ver como la gente se ríe de mi, de ver como pasan de mi, de ver como levantan la cabeza cada vez que paso a su lado y de ver la mirada de asco que algunas personas me echan.
Pero, ¿sabéis que? Que me la suda todo lo que podáis hacerme o decirme. Pocas cosas me afectan ya después de toda la mierda que he tenido que pasar, sobre todo del bullying que he tenido que sufrir a lo largo de esta mierda de vida.
Y de un par de cosas me he dado cuenta, durante todo esto, y es que nunca hay que dejar de sonreír. De ser feliz. Nunca hay que dejar que las cosas te afecten. Y nunca has de confiar en nadie que no conozcas a fondo. Porque fallar en cualquiera de estas cosas, podría ser tu perdición..
No soy lo que esperas, ni tú lo que espero yo. Soy el punto discordante de tu pensamiento, la partícula defectuosa que rompe la molécula. Convierto tus pesadillas en sueños, o en sueños tus putas penas. Existo para quitarte la serenidad que has conseguido a base de años, porque una vez que empieces a leerme, no podrás dejarlo, o haré que no lo dejes, porque las palabras son droga, sobre todo si las conjugas como debería hacerse siempre.
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