Gracias, desde el 1 de Abril de 2013

Seguidores

Translation for you.

sábado, 28 de marzo de 2015

Dejarse morir, de amor o de locura.

Cada vez que el sol salía ella cerraba los ojos como si tuviera los párpados más pesados del mundo, a pesar de ser privilegiada, a pesar de poder contemplar el más sublime amanecer jamás descubierto por nadie. Incluso cuando la realidad le gritaba inexorablemente, incluso cuando dolía, incluso cuando la evidencia era más que evidente, ella mantenía su eficaz ceguera, su fiel ignorancia, solo por evitar sufrir, solo por evitar llorar, solo por evitar la cruel verdad.
Aguantar dolor solo por personificar quien no soy, solo por apaciguar mi soledad, solo por mentirme. Cada vez que algún escalofríos recorre mi inerte cuerpo me siento un poco menos yo, un poco menos persona, alguien sin sentimientos, pero diferente a ellos, con una tristeza presa en mi corazón que yo no elegí, pero que a la fuerza se instaló allí.

Yazco en mi humilde morada sin que nadie se atreva a cruzar el umbral de mi corazón. Para mi es absoluta comodidad que nadie entre, no tener que preocuparme por esa persona nueva. Soledad a la que estoy condenada, ni yo te importo, ni tú me importas, solo ignórame, déjame ser feliz, déjame vivir, aunque el lugar destinado a mi sea este horrible mundo cruel.

[...]


Añoraba el frío suelo al recorrer tu habitación, descalza.
Tus suaves labios eran droga para mi.
Cada vez que te perdías en mi mirada, sentía besar el cielo.
Y una simple caricia en mi piel me transportaba al mismo Edén.

domingo, 1 de marzo de 2015

Rare.

Momentos en los que el mundo se te cae encima y no sabes dónde meterte. Tomé por rutina aislarme del mundo, se me antojaba seguro. Querida depresión, si puedo denominarte así, querida hija de puta, yo no te necesitaba, tú me obligaste, y cuando firmé mi contrato de condena ni siquiera en la letra pequeña me informabas de que eras adictiva. No me avistaste de que, cuando alguien intentara acercarse a mi, me convertiría en tortuga. Era tu deber decírmelo, decirme que la felicidad no estaba a mi alcance y que, si por una gran casualidad la rozaba, me la arrebatarías de las manos como hace una madre con su hijo quitándole un caramelo antes de comer, y me harías sentir mal por mis acciones. Y si me lo comentaste, no te creí. Y ahora solo quiero que te largues, que salgas de mi y no regreses, que me devuelvas mi pura personalidad, aun si para eso debo rasgarme el alma a base de lágrimas y dolor.


Tarde es para arrepentirse de vender tu alma al diablo, y las consecuencias has de pagar. En su momento necesitaste cobijo, él te lo ofreció, tú solo firmaste. Con el tiempo las cosas cambian, mas sé que lo único pretendido fue evitar dolor. Conviviste durante demasiado tiempo con la tristeza impuesta en tu corazón, y ahora está adherida a tu malherida alma. Tu sentencia fue dictaminada, tu castigo será vagar por un mundo privado de luz y plagado de soledad.


[...]
Alma en pena que parece ser, niña,
dulce era aquella mirada que tanto me enamoraba.
¿Dónde abandonaste ese brillo en tus ojos que tanta felicidad me daba?
Permíteme que sea yo quién te lo devuelvas,
permíteme cuidarte y amarte, cumpliendo tus hermosos sueños.
Permíteme enamorarte mediante poesía que probablemente nunca aprecies.
Permíteme mostrarte el mundo de la belleza
donde las letras son las reinas, y tú la mía,
y donde si sabes conjugarlas, podrás dominar el mundo.