Me encanta leer. Amo leer. Si, habéis leído bien. Últimamente parece que leer esta prohibido o es un pecado, porque cuando mencionas que te gusta, todo el mundo te mira mal. Me gusta por dos razones. Una de ella es el simple placer de poder escuchar el sonido del silencio que solo consigo percibir cuando leo. Y me encanta. Simple y llanamente. La segunda razón, pero no menos importante es la tranquilidad que me transmite. Cada vez que leo un libro, desconecto del mundo. Lo puedo comparar con el echo de que estoy involucrada en la historia. Y no puedo parar hasta acabármelo y aún, me quedo con ganas de más.
Muchos de vosotros, y apreciáis leer podréis comprenderme. Eso sí, quién no lo haga, puede tomarme por una chiflada que pierde el tiempo.
No soy lo que esperas, ni tú lo que espero yo. Soy el punto discordante de tu pensamiento, la partícula defectuosa que rompe la molécula. Convierto tus pesadillas en sueños, o en sueños tus putas penas. Existo para quitarte la serenidad que has conseguido a base de años, porque una vez que empieces a leerme, no podrás dejarlo, o haré que no lo dejes, porque las palabras son droga, sobre todo si las conjugas como debería hacerse siempre.
Gracias, desde el 1 de Abril de 2013
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