Me gusta ser así. Me gusta ser feliz.

No me da vergüenza hacer lo que hago. Ni ser como soy. No me avergüenzo de mi misma, es más, me siento orgullosa. Me gusta como me visto, despampanante. Enamorar a simple vista, solo a quién quiero. Y no, no soy para nada creída. Me canse de infravalorarme. Si soy creadora de incontables castillos en el aire, si soy creadora de tantas sonrisas, si estoy tan loca como parezco, es mi problema. Así soy soy. Quiero a quien me quiere. Y respeto a quien me respeta. Nadie debería meterse con la personalidad de nadie. Si no te gusta, ¿qué coño envidias? ¿qué coño miras? Me da asco la gente que prejuzga, mi desprecio y odio por ellos es infinito. 

Soy muy liberal y no me gusta que me pongan límites, en cambio, me encanta cuando mi novio, cuando lo tengo, este pendiente de mi a cada momento, y que a cada minuto me diga: "Te amo, princesa", me enamora demasiado. Sí, todo es muy cursi, ¿pero no hay nada de maño en ser romántica, verdad? 


Bohemia quiero definir mi vida. Admiro una vida en la que pudiera decir: "Sex, drugs, and rock and roll". Mi sueño siempre fue viajar y descubrir América. Vivir allí. Recorrer cada kilómetro cuadrado que tiene. Viajar. Disfrutar de cada rincón. Dormir cuando tenga sueño, comer cuando tenga hambre, y hacer el amor cuando haya ganas. Ser feliz. Eso es lo que importa. Mi abuelo me ha enseñado, cada día lo hace y me lo repite, que hay que tener ilusión por la vida. Para conseguir grandes cosas y ser grande. Muy grande. ¿Sueños adolescentes? Puede. Pero de eso se trata. De soñar cuando se debe. De ser una cría cuando se debe. De comportarte como una persona madura cuando se debe. Pero siempre dejando claro, que tu eres feliz.